Dan Barber, el hombre que se enamoró de un pescado
Dan Barber se enamoró de un pescado. Perdidamente. Venía de una relación lastimada, de un engaño. Y de pronto, en el sur de España, recuperó las ilusiones. Barber es un gigoló, un Casanova, que ha saltado de ave de paso en amor de una noche en ave de paso toda su carrera. Eso hace esta historia de amor aún más bella.
Éste es, además, un amor construido sobre otros dos amores. Dan Barber ama a la Tierra. Es un ambientalista conocido, tiene un restaurante y una granja asombrosamente sustentables. Y Barber ama la comida. La buena comida. Es un chef de tres tenedores, y su cocina tiene ya una estrella Michelin.
Para un gigoló así, enamorarse de nuevo no es fácil. Barber dice estar acostumbrado a las decepciones, pero en la Veta La Palma, en el sur de España, su corazón –y su estómago– recuperaron bríos. Ahí, este chef encontró un pescado que no sólo sabe a gloria, sino que es perfectamente sustentable. Es un pez que vive en una de las reservas privadas más grandes de Europa, en la que cientos de miles de pájaros escapan del ruido y donde el mundo vuelve a ser lo que era: un lugar que da comida que sabe a algo sin acabarse la tierra.
Aquí está su historia: