Científicos daneses estudian negro de carbón en DF
En el Distrito Federal apenas se ha comenzado a medir el negro de carbón o black carbon, contaminante que generan los vehículos a diésel y que si es respirado recurrentemente puede, en el peor de los casos, dar lugar a cáncer.
Estas acciones son conducidas por investigadores de la Universidad de Dinamarca, a cargo del especialista Kaare Press-Kristensen, quienes en días pasados han monitoreado la presencia de nanopartículas de negro de carbón (también denominado carbón negro).
El equipo de daneses ha trabajado en distintas zonas de la capital, entre ellas las inmediaciones del Parque México, donde registraron 7 mil partículas por centímetro cuadrado. Asimismo, en el cruce de Insurgentes y Sonora -ruta del Metrobús- detectaron 140 mil, y en Circuito Interior esquina con Juan Escutia, las lecturas obtenidas fueron de 160 mil.
Comparando estas mediciones con las de otras áreas del país, como Chichén Itzá por ejemplo(donde apenas se registraron 500 partículas), podemos deducir que las emisiones de carbono negro en el DF son abrumadoras y representan un peligro potencial, no solo para el medio ambiente, sino también para la salud de la población.
Press-Kristensen señaló que estas partículas son respiradas por los ciudadanos mientras transitan cerca de autos que carburan diésel, ingresando primero a los pulmones para después depositarse en los alveolos, y de ahí viajar al torrente sanguíneo.
Ya en en la sangre, las partículas llegan a los riñones e hígado, donde pueden ser excretadas a través de la orina en personas que poseen un estado de salud adecuado; pero en las que no, el contaminante tiende a acumularse.
«La OMS determinó en 2012 que las nanopartículas de carbón negro son precursoras de cáncer», apuntó Kate Blumberg, directora del Instituto Internacional de Transporte Limpio.
«Son micropartículas, que al aspirar pueden llegar a los alveolos pulmonares, en donde se depositan y a veces la sangre las puede recoger, es un factor de predisposición a cáncer, enfisema pulmonar o EPOC, como ha marcado la Organización Mundial de la Salud», explicó Esmeralda Aspuru, especialista del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias.
Las poblaciones más vulnerables al negro de carbón son los niños y adultos mayores, agregó.
Además, Aspuru dijo que hasta ahora no existe una norma de salud que establezca un nivel permisible de exposición, pues tampoco hay un umbral aceptado como tolerable.
Los expertos afirman que el carbono puede ser controlado mediante filtros especializados.
«En Dinamarca 40% del parque vehicular utiliza diésel, y desde este año es obligatorio que los autos último modelo tengan filtros para nanopartículas», subrayó Press-Kristensen.
«En el DF, un 5% del parque son autobuses y tractocamiones diésel. Debería ser más fácil controlar esta fuente de contaminación», añadió.