Incongruencias y oportunidades para México como resultado de la COP25

Después de 13 días de trabajos y discusiones, la 25ª Conferencia de las Partes celebrada en Madrid, España, concluyó. A pesar de ser la cumbre más larga de la historia realizada en el marco de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, sus resultados no representaron avances importantes ante la emergencia climática.

Al término de la COP25 no se lograron acciones contundentes y dos de los temas centrales -los mecanismos de mercado de carbono y el mecanismo de pérdida y daños- no tuvieron avances significativos para enfrentar la problemática de manera efectiva y con la urgencia que se requiere. Sobre el mecanismo de pérdidas y daños, se determinó que el Fondo Verde del Clima analizará la inclusión de éstas como un aspecto a financiar, sin embargo, será necesario esperar hasta la COP26, que se celebrará en 2020 en Glasgow, Reino Unido, para tener definiciones al respecto.

Un logro importante que destacar es la aprobación del Plan de Género, el cual insta a las partes a incluir una visión de género en sus políticas climáticas. Se trata de un logro fundamental en materia de la creación de políticas adecuadas por los impactos diferenciados del cambio climático en las mujeres, sin embargo, mientras las Partes no logren atacar efectivamente las causas del cambio climático, con pleno respeto a los derechos humanos de las comunidades y la población en general, este plan resultará insuficiente.

Lo sucedido den la conferencia muestra a nivel internacional que existen muchos aspectos sin resolver y que existe una falta de voluntad de países como Arabia Saudita, Brasil, Estados Unidos y Australia para construir una agenda multilateral para hacer frente al problema climático.

Por su parte, México se mostró como un país con severas contradicciones respecto a la atención del calentamiento climático y a cómo enfrentar la emergencia climática.

Mientras se realizaba la COP25, México anunciaba el hallazgo de reservas petroleras en el estado de Tabasco y su interés de convertirse en una potencia en litio, lo cual es una contradicción ante las medidas urgentes que se requieren para enfrentar la crisis climática. La apuesta de México es la extracción en grandes volúmenes de minerales, gas y petróleo, en lugar de apostar por mecanismos de eficiencia y ahorro energético, y al decrecimiento de patrones de consumo.

Estos anuncios, realizados de manera paralela a la cumbre, pusieron en evidencia la desconexión entre las políticas energéticas y económicas del país, y las ambientales y sociales. Mientras algunos funcionarios mexicanos buscaban de manera acertada dar impulso a la inclusión de los derechos humanos en las definiciones surgidas del Acuerdo de París, otros proponían políticas que van en contra del derecho a un ambiente sano y a derechos humanos conexos.

La COP25 no rindió los resultados deseados, sin embargo, ello no exime a los países signatarios del Acuerdo de París de cumplir con lo ya acordado, y México es uno de ellos.

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