Deprimido de Mixcoac: Cápsula de México Haz Algo

Versión escrita de la cápsula radiofónica de Margarita Campuzano y Tania Mijares, en Radio Fórmula.

Hola Sophie y Paty, ¿cómo están? Pues seguramente, al igual que muchos miles de ciudadanos, ustedes están sorprendidas y molestas por los diversos incidentes que han ocurrido con las recién inauguradas obras de infraestructura de los gobiernos.

El caso nuevecito de esta semana es la inundación ocurrida en el muy atinadamente denominado Deprimido de Mixcoac, el cual apenas tenía dos días de haber sido inaugurado.

La obra fue polémica desde que se planteó pues se dijo que no respondía a la lógica de desincentivar el uso del auto y que sus impactos ambientales serían muy altos. Pero los ciudadanos nos vemos inmersos en el círculo de contradicciones de nuestros gobernantes que en los discursos dicen una cosa y en la práctica hacen otra.

El gobierno de la Ciudad presume los reconocimientos que en el mundo recibe por sus acciones para combatir el cambio climático. Sin embargo, tan sólo para construir el Deprimido de Mixcoac se talaron casi 600 árboles y todos presenciamos como cada día se siguen autorizando sin ton ni son desarrollos inmobiliarios por toda la ciudad, que violan impunemente usos de suelo, no respetan áreas verdes y no incluyen ninguna acción para mitigar el impacto de los nuevos vehículos que circularán por la zona. Esto se puede apreciar claramente a lo largo de la lateral del Periférico.

El gobierno capitalino nos invita a dejar el auto y subirnos al transporte público y la bicicleta, pero destinó más de 6 mil millones de pesos únicamente para un paso a desnivel en Mixcoac que usarán los autos. Con esa cantidad de dinero se habrían podido construir alrededor de 4 líneas de Metrobús y 540 ciclovías de 68 kilómetros.

La realidad es que el negocio está en las obras públicas de gran calado, en las cuales, como ya vemos, se pueden inflar costos y acabar costando mucho más de lo inicial.

Para responder a lo ocurrido en el Deprimido salió a dar entrevistas el director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, Ramón Aguirre, quien explicó que la inundación se debió a que la gente arroja basura en la calle y a las “lluvias atípicas”. Insistió –como lo ha venido señalando desde hace mucho tiempo- en que el sistema de drenaje de la Ciudad está rebasado y no puede recolectar la cantidad de agua que cae cuando ocurren estas lluvias torrenciales.

También dijo, muy atinadamente, que tenemos una ciudad muy vulnerable a las inundaciones y que situaciones de este tipo se están presentando entre 10 y 15 veces en una temporada, por lo que dependiendo del lugar donde llueva con esa magnitud, habrá problemas de inundación.

Al respecto tenemos varias dudas. ¿Por qué mandan al responsable de aguas a explicar lo ocurrido en el Deprimido, si ésta es una obra pública responsabilidad de Semovi? ¿Por qué si el propio gobierno reconoce que estas lluvias, más bien ya no son atípicas, sino una situación que se está presentando recurrentemente en la Ciudad y que seguramente empeorará por consecuencia de los efectos del cambio climático, siguen haciendo obras que no corresponden a la realidad de la Ciudad? ¿Por qué planean un deprimido en donde hubo un río y la vocación natural de esa zona es justamente la de inundarse?

Para responder estas preguntas, debemos, como siempre, seguir la ruta del dinero, pues lo más seguro es que no se trata sólo de falta de coordinación, o de visión, o de planeación, o de capacidad, sino además y principalemente, de los grandes negocios que se siguen haciendo a costa del perjuicio de los ciudadanos.

En México Haz Algo creemos que no hay esfuerzos pequeños y que todos podemos ser parte de la solución. Sigamos siendo críticos y construyendo una ciudadanía vigilante que demande rendición de cuentas. Sólo así podremos acabar con estas obras discrecionales y opacas que no benefician más que a unos cuantos.

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