China se compromete a disminuir el uso de gases que dañan la capa de ozono

El 29 de abril, China se comprometió -a cambio de una subvención de 256 millones de dólares- a reducir su consumo de hidroclorofluorocarburos (HCFCs) para el año 2015. El pais asíatico es el principal productor y consumidor de este gas, el cual no sólo daña la capa de ozono, sino que también al clima debido a su alto potencial para el calentamiento global.

Los recursos fueron aprobados por el Comité Ejecutivo del Fondo Multilateral para la Implementación del Protocolo de Montreal; con ellos se apoyará el compromiso chino de realizar un cambio real para el medio ambiente mundial y contribuir a la “economía verde”. Con este acuerdo, China dio un paso importante para alcanzar las metas de reducción de HCFCs contenidas en el Protocolo de Montreal.

Este proyecto representa la primera etapa del plan chino para la eliminación de los Hidroclorofluorocarburos. Una vez que se ponga en marcha, no solamente eliminará el uso de 3,320 toneladas de este gas en el país asiático, sino que las nuevas tecnologías, que se adoptarán para ello, contribuirán con los esfuerzos para combatir el cambio climático al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

En años recientes, el uso en China de HCFCs se ha disparado debido a su desarrollo económico; tan sólo en 2009 significó el 58% del consumo total  de los países en vías de desarrollo. El gigante asiático utiliza este gas como refrigerante para aire acondicionado, refrigeración industrial y comercial, como agentes espumantes y como solventes. Estas industrias tendrán el reto de convertir cientos de líneas de producción para detener el consumo de HCFCs para 2013 y, apartir de ese nivel, reducir su consumo a en 10% para 2015. A largo plazo, China también hizo el compromiso de eliminar por completo el uso de HCFCs para el año 2030.

En este esfuerzo por reducir en 17% el consumo total de China, participarán las Naciones Unidas -a través de su Programa de Desarrollo y su Programa Ambiental-, el Banco Mundial y los gobiernos de Alemania y Japón.

Fuente: Programa Ambiental de las Naciones Unidas