La riqueza de México: lo que se gana en capital intangible se pierde en capital natural
Como decíamos ayer, hace un par de semanas se presentó el reporte La riqueza cambiante de las naciones, del Banco Mundial. Es un documento utilísimo que habla sobre los capitales (capital producido, capital natural y capital intangible) de los países, e incorpora las posibilidades de mantener esa riqueza en el futuro. El documento es verdaderamente interesante y es una nueva herramienta para entender el desarrollo actual del mundo y las posibilidades de aumentarlo.
Estas cifras, sin embargo, tienen que verse con mucha mayor profundidad para entenderlas del todo. Las dificultades para medir los servicios ambientales que nos brinda la biodiversidad (¿cuánto vale la absorción de CO2, o frenar la erosión, o regular la temperatura?), la dificultad para sustituir una forma de capital por otro (por muchas carreteras que se construyan, el pavimento no puede sustituir al agua) y la incertidumbre sobre los inventarios de algunos recursos (la pesca y la vida en los mares, por ejemplo), hacen que el reporte del Banco Mundial pueda ser engañoso si no se le toma con pinzas.
Según los datos del reporte, México logró aumentar su riqueza per capita en un 18% entre 1995 y 2005; Brasil, un 10%, y China casi la duplicó. América Latina en su conjunto aumentó su riqueza per capita un 10%, mientras que los países ricos, miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la hicieron crecer un 22%. Pero no es para echar las campanas al vuelo.
Si se ve la composición de ese crecimiento, está claro que la riqueza de México creció por las mejoras en la certeza jurídica que se registraron durante los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI, además de por el aumento en la escolarización, pero el capital natural sigue perdiéndose en el país. Acabar con los bosques, mantener el campo abandonado y agotar las reservas de petróleo disminuyen nuestra riqueza, y hacen que nuestro crecimiento sea menos sustentable. El aumento de la riqueza de México se dio a pesar de que el capital natural restó 10% a ese crecimiento, y la degradación de los bosques 1%, la producción agrícola 2% y el agotamiento de las reservas de hidrocarburos 7%.
Algunas de estas mediciones pueden cambiar ahora que los productos agropecuarios han subido tanto de precio, pero la realidad de fondo es la misma: lo que ganamos en capital intangible lo estamos perdiendo en capital natural. En tres palabras: estamos destruyendo riqueza, y si seguimos así será difícil que en el futuro, inclusive en el futuro cercano, podamos seguir aumentando el nivel de vida.