Los grupos de contacto comienzan a hacer el recuento de las horas que quedan para la negociación que se lleva a cabo en Bangkok, y afirman que la siguiente sesión que se realizará de manera informal en Barcelona por cuatro días, no será suficiente para lograr un texto digno de negociarse.
El grupo de países isleños busca intensificar su participación en las negociaciones alertando sobre que el tiempo para ellos es mucho menor que el que le queda al resto del mundo. Buscan hacer adhesiones a los textos de la mayoría de grupos y aliarse a expertos que difundan su voz.
La propuesta de financiamiento que ha presentado Estados Unidos ha creado inconformidad en grupos como el G77 más China, quienes han señalado que sin presentar compromisos específicos y sin que los países desarrollados asuman su responsabilidad frente al problema, toda propuesta pierde su sentido en las negociaciones.
La negociadora de Filipinas que ha ejercido un fuerte papel de representación del G77 más China, aseguro que la razón por la que los países en desarrollo que están aquí negociando, es porque viven bajo una gran presión climática, y que no tienen tiempo que perder. Dijo que los países menos desarrollados no necesitan la caridad de propuestas como la de Estados Unidos en materia de financiamiento, sino que necesitan que asuman su responsabilidad histórica.
Dado el anuncio de que el presidente estadounidense Barack Obama irá a Copenhague y a que el país ha hecho dos adhesiones importantes al texto de negociación, entre los que se encuentra su propuesta financiera, se ha considerado que existe una esperanza hacia diciembre. “Tal vez no todo está perdido”, señalan algunas organizaciones.
Los bosques africanos se vuelven un tema de interés en las negociaciones internacionales. Dicho continente posee el 16% de la cobertura forestal mundial, por lo que un mal tratamiento de estos recursos podría ser muy destructivo para la población en general. Sin embargo, antes de que África pueda ser parte de un régimen como el que busca establecer REDD, se necesita partir de la diversidad forestal que poseen las regiones, señalan algunos participantes.
Los grupos indígenas representados en las negociaciones se han reunido con delegaciones como la de Estados Unidos y la Unión Europa, y han realizado campañas para manifestar que cualquier iniciativa o programa como el desarrollado de REDD, deben respetar los derechos y conocimientos de las comunidades, de lo contrario sólo demostrarían que se tratan de proyectos de mercado sin ningún interés en el desarrollo de la población.
Australia había mantenido una participación muy limitada en el progreso de las negociaciones. Junto con Estados Unidos, fue el único país que no quiso ratificar el Protocolo de Kioto hasta hace un par de años. Pero hoy parece resurgir con posiciones interesantes y en apoyo de algunas buenas iniciativas. Se espera que pueda mantener su papel y que no bloquee el proceso dado que ya es lo suficientemente complejo.
La Unión Europea parece no florecer en estas negociaciones, su bajo perfil aunque no se ha dejado sentir en el proceso. Ellos, quienes mantenían fuertes compromisos y trabajos, hoy no se escuchan presionando en los pasillos.
Dos líneas se dan en la marcha de la negociación: la que discute el Protocolo de Kioto, en el que se puede plantear un segundo periodo de compromisos del instrumento, y en la que discute la visión de largo plazo en la que se podría hablar de la creación de un nuevo instrumento. Esto responde a que Estados Unidos no está dentro de Kioto, por lo que no podrían sentarse a la mesa de negociación. Aunque algunos ven con buenos ojos otro instrumento en el que se incluyera a Estados Unidos, otros ven un retraso en esta opción y consideran que sería volver a empezar todo, cuando simplemente no se tiene tiempo que perder.