Decálogo de compromisos de AMLO
Hace unos días el presidente Andrés Manuel López Obrador participó en el Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima, organizado por el gobierno de Estados Unidos. Ahí, presentó un decálogo de compromisos de su gobierno para enfrentar la emergencia climática.
A lo largo de estos 3 años de gestión nos ha quedado claro que el presidente de México no tiene una postura progresista en lo que se refiere a la promoción de energías renovables y a la lucha contra la crisis climática.
En numerosas ocasiones ha declarado públicamente su intención de seguir apostando por el petróleo como motor de la economía nacional, compromiso que se refleja claramente en la próxima inauguración de la Refinería Dos Bocas, en Tabasco.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos ha estado presionando a diferentes niveles para que el gobierno mexicano reactive las inversiones en energías renovables. De ahí se entiende que, más por presión internacional que por convicción propia, López Obrador haya presentado este decálogo.
Entre las cosas positivas que se pueden mencionar es el anuncio de que Pemex destinará 2 mil millones de dólares para reducir hasta en 98% las emisiones de gas metano en los procesos de exploración y producción en la industria petrolera. También está el compromiso de sumarse al esfuerzo de las principales economías del mundo para alcanzar en 2030 el objetivo de producir el 50% de vehículos de cero emisiones contaminantes.
Entre lo positivo está también el anuncio de proyectos renovables como el parque solar en Puerto Peñasco, Sonora, y el de garantizar inversiones destinadas a generar mil 854 megawatts de energía solar y de energía eólica, aunque no debemos cantar victoria, porque falta revisar los proyectos y verificar que cumplan con la legislación ambiental y que estén alineados con el respeto de los derechos humanos de las comunidades donde piensan instalarse.
Entre las cosas criticables del “decálogo” anunciado por el presidente se encuentran, por un lado, que sigue hablando de los proyectos hidroeléctricos como si fueran energías limpias, cuando en realidad, son proyectos con graves impactos socioambientales que se producen desde su construcción y, sobre todo, por los despojos de tierras a las comunidades, desplazamientos humanos y desvíos de los cauces de ríos.
Y qué decir de los puntos 7 y 8 del decálogo, que todavía no nos explicamos por qué fueron incluidos en un proyecto orientado a combatir la emergencia climática. En estos puntos el gobierno habla de alcanzar la autosuficiencia en la producción de combustibles, gasolinas, diésel y turbosina, para lo cual está modernizando seis refinerías, adquirió una más en Texas y está por inaugurar una nueva en Dos Bocas, Tabasco. Quizá no le han explicado al presidente que los combustibles fósiles son el principal responsable del calentamiento del planeta.
En México Haz Algo creemos que no hay esfuerzos pequeños y que todos podemos ser parte de la solución. Es claro que México no va a cumplir con su compromiso internacional de producir en el 2024 el 35% de su energía a partir de fuentes renovables. Está en nosotros analizar las razones económicas que están detrás de estos incumplimientos y cuestionar públicamente que se siga priorizando el tema económico por encima de la crisis humanitaria global que ya está ocasionando el calentamiento del planeta.
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