Megaproyecto en Muna, Ticul y Sacalum: Cápsula de México Haz Algo

El día de hoy quisiera referirme a un megaproyecto de generación de energía solar que pretende instalarse en los municipios de Muna, Ticul y Sacalum, en el estado de Yucatán.

Muchas veces nos hemos referido en este espacio en la importancia de dejar atrás la dependencia de los combustibles fósiles y de avanzar en la transición hacia energías renovables. Hemos hablado también de las ventajas de las energías renovables como son la solar y eólica, por ejemplo, para combatir el cambio climático.

En México, sin embargo, muchos de estos proyectos están generando serios conflictos sociales en los territorios de las comunidades donde pretenden instalarse. Esto se debe a que en muchos casos lo hacen sin consultar debidamente a las personas que viven en esos territorios, imponiendo los proyectos sin evaluar adecuadamente los impactos ambientales y sociales que generarán y sin hacer un reparto adecuado de las millonarias ganancias que dichos proyectos generan.

En este caso estamos hablando del proyecto Ticul A y Ticul B, que pretende instalar la empresa Vega Solar en Yucatán, en estos municipios, cercanos a la ciudad de Mérida.

El proyecto consiste en la instalación de más de millón de paneles solares, en una superficie total de 675 hectáreas. Para colocarlos, se necesita deforestar 603 hectáreas de selva mediana caducifolia. Entre los impactos ambientales más significativos que tendría del proyecto, reconocidos por la empresa en la manifestación de impacto ambiental, se encuentran pérdida de suelo y alteración de su calidad; fragmentación del hábitat, aislamiento y desplazamiento de plantas y animales nativos; incremento del riesgo de impacto de huracanes, debido a la pérdida de miles de árboles, sobre todo en el área núcleo del proyecto; afectación al paisaje; aumento de la temperatura local –que en la región llega a alcanzar hasta 370C-, lo cual afectaría a la población en general así como los servicios de polinización de abejas y murciélagos; también se prevén afectaciones a las funciones de recarga del acuífero y contaminación de éste, así como posible escasez de agua por las afectaciones al ciclo de lluvias y el desecamiento de los cuerpos de agua en la región como las aguadas, los haltunes y los chultunes.

Además de los problemas ambientales, una de las razones por las que muchas personas de la comunidad no desean el proyecto es porque el proceso de consulta no fue previo, informado, culturalmente adecuado y de buena fe como marcan los estándares internacionales.

Esto ha sido señalado por la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de la Oficina en México del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, la cual brindó asesoría desde 2017 a la comunidad de San José Tipceh, municipio de Muna, sobre el derecho a la consulta y consentimiento. También participó en calidad de observador internacional en el proceso de consulta de la Secretaría de Energía. Como resultado, emitió una serie de observaciones y recomendaciones a las distintas autoridades del Estado mexicano, involucradas en el proyecto, encaminadas a asegurar que el proceso de consulta cumpla con los estándares internacionales suscritos por México, garantizando la transparencia, el acceso a la información, así como la participación de las comunidades en un contexto libre de violencia.

En México Haz Algo creemos que no hay esfuerzos pequeños y que todos podemos ser parte de la solución. Los beneficios de la energía renovable deben ser para todos, no para unos cuantos. Para consultar el documento completo del Alto Comisionado ingresa a la página de CEMDA www.cemda.org.mx. Visita también

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Gracias y buenas tardes.

*Cápsula de México Haz Algo en Tele Fórmula, 9 de noviembre 2019.