Veracruz, entidad pionera en conservación del tiburón tigre

Imagen: Tiburón tigre (Galeocerdo cuvier) en las Bahamas / Foto: Albert Kok.
Imagen: Tiburón tigre (Galeocerdo cuvier) en las Bahamas / Foto: Albert Kok.

El Acuario de Veracruz A. C. obtuvo un reconocimiento internacional al ser el único centro de exhibición de especies marinas en mantener al tiburón tigre con vida en un ecosistema artificial por largos años, lo que le ha otorgado el récord de longevidad en cautiverio para dicho animal, que había sido imposible mantener por más de tres años en cautiverio.

Raúl Marín Osorno, responsable del tiburonario del Acuario de Veracruz, destacó que la especie denominada Galeocerdo cuvier cuenta con más de siete años en exhibición, hecho que atrajo la atención de centros de investigación extranjeros, posicionando a nuestro país como pionero en mantener especies mayores en condiciones de cautividad.

El experto comentó que el éxito consiste en satisfacer las necesidades del tiburón tigre al hallarse en un ecosistema artificial, que difieren por completo de las que tenía en su hábitat natural. Esto se supo gracias a una serie de investigaciones empíricas, las cuales consistieron en una observación detallada del animal, dándole seguimiento a su comportamiento y adaptación al medio.

Es necesario conocer los requerimientos biológicos de las especies para poder tenerlas en cautiverio, los tiburones necesitan condiciones óptimas de espacio, ambiente y nutrición para sobrevivir. Mediante la observación se obtiene la información sobre la especie, y si no se presentan enfermedades, tratamientos ni conductas aberrantes son signos de que el animal se adaptó bien”, dijo el biólogo.

El proyecto del tiburonario tuvo sus inicios en el año 2002, con la meta de exhibir y mantener especies mayores de tiburón, creando métodos y técnicas de conservación que permitieran adecuar un ecosistema artificial para el tiburón tigre.

Marín Osorno, quien desde el principio fue el responsable de este proyecto, diseñó la «pecera» que alberga a estos tiburones, cuya capacidad supera los 900 mil litros de agua, y en la que viven 11 ejemplares, entre los que figura el Galeocerdo cuvier. El especialista comentó que previo a la construcción de un estanque de ese tamaño, fue necesario conocer los patrones de recorrido de las especies de acuerdo con su fisiología, además de la calidad de agua requerida para mantenerlos con vida.

Los acuarios como centros de conservación integral desarrollan proyectos de campo de actividades de cautiverio, que implican un monitoreo activo de diversas especies. Una vez concluido su ciclo de vida dentro del acuario, después de alcanzar un peso y longitud no apta para una pecera, los tiburones tigre son liberados de forma responsable, monitoreándolos satelitalmente para analizar su conducta dentro del ecosistema natural, tras haber vivido en uno artificial.

Hasta el momento, dichas investigaciones indican que los tiburones se adaptan con facilidad, siendo este un proyecto exitoso para el acuario”, subrayó Marín Osorno.

Detalló que a los tiburones les son insertados en el lomo unos transmisores satelitales, cuyo fin es monitorear por 3 meses a los organismos y recabar datos. Terminado este periodo, el mecanismo se desprende automáticamente del tiburón, flotando hacia la superficie para después mandar información vía satélite a la compañía que administra el servicio, que a su vez lo envía al acuario para finalmente codificarlo y analizar los datos.

Tales investigaciones y hallazgos sobre la biología del tiburón en cautiverio han captado los ojos de la comunidad científica internacional, reconociendo al biólogo Raúl Marín Osorno por sus estudios y experiencia concretada con el tiburón tigre, lo que lo ha convertido en el primer latinoamericano en participar en una publicación extranjera de este tipo.

En 2004, el biólogo publicó el Manual internacional de tiburones en cautiverio (Elasmobranch Husbandry Manual), en colaboración con expertos de la especie. En este trabajo, Marín Osorno fungió como coautor del capítulo “Reproducción de tiburones en cautiverio”.

También refirió que adicional al aporte hecho en publicaciones e investigaciones científicas, los acuarios modernos buscan crear educación ambiental relativa a las especies que exhiben. Un ejemplo es el tiburonario, que contribuye a la conservación de sus ejemplares, tanto en cautiverio como en su hábitat natural, concientizando a las personas sobre su preservación.

 

Fuente: Agencia Informativa CONACYT