Azoteas Verdes sin normatividad en el Distrito Federal

Por Ulises Garcilazo
Colaboración especial de
PM 2.5

azEn una ciudad escasa de áreas verdes, las azoteas del mismo color representan una luz al final de un túnel lleno de gases, calor que cocina cerebros y voluntades o lluvias que inundan las esperanzas y las ciudades.

Muchos estaremos de acuerdo en que desde hace muchos años, los edificios son lo único que crece en el DF. Poco a poco se vuelve cotidiano ver árboles caídos víctimas de ventarrones o de alguna “obra social”.

Es en este contexto donde surgen las azoteas verdes, pequeños pulmones en lo más alto de los edificios, que además de embellecerlos, cooperan agregando oxígeno a nuestra deteriorada atmósfera y captan agua de lluvia que aminora el gasto líquido y económico de nuestros “fiscalizados” bolsillos.

De pronto, a algún avispado político se le ocurrió que la idea era buena y la ciudad entera debería lucir copetes verdes. Y no es que no sea buena, lo que sucede, como casi todo en esta política “tercermundista”, es que las ideas llegan cinco o diez años antes de las iniciativas legislativas que aterricen y pongan en marcha los planes, que cuando ya están listos pretenden impulsar ideas caducas.

Es el caso de las Azoteas Verdes que, en teoría, cuentan con toda una normatividad que las hace atractivas para quienes deseen exentar el 25 por ciento del impuesto predial, una vez demostrado que tienen el 30 por ciento de su espacio “naturado”.

¡Sí, sí, sí, sí! pero la realidad es muy diferente. Hasta la fecha, la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal no tiene terminado un esquema normativo que avale los incentivos que se pretenden otorgar. O que indique con toda propiedad y exactitud cuál deber ser la superficie naturada con derecho a exentar impuestos.

Pero lo más grave, por si no fuera suficiente, es que estamos a punto de recibir un Congreso Mundial de Azoteas Verdes, donde representantes de ciudades de todo el orbe, llegarán a la capital para observar lo que no tenemos.

Hace algunos días se le preguntó a la responsable del medio ambiente capitalino, Martha Delgado sobre el tema, y cuál sería la sorpresa de los reporteros que la rodeaban, cuando con la mirada buscaba ayuda, inmediatamente su coordinador de prensa tomó la palabra para desviar la atención asegurando que ya hay “otras” iniciativas discutiéndose en la Asamblea.

La pregunta que inmediatamente brinca a la mente es: ¿con qué argumentos defenderán la postura del GDF ante el problema climático, si no han tomado las medidas básicas para desatascar un tema prioritario?, además ¿quién se atreve a llamar la atención del mundo cuando no se tienen las respuestas para hacer un buen papel?

Sólo esperamos que la próxima cumbre no nos deje, ante los ojos del mundo, como descuidados e irresponsables además de presumidos.