Daños a las reservas de la biosfera de Durango
La Dirección de Vigilancia de la reserva de la biósfera de Mapimí ha detectado que se siguen extrayendo cactáceas que únicamente se dan en esa región, que incluye a la Zona del Silencio, de acuerdo a Paulino Córdova Quiñones, delegado estatal de la Profepa en Durango. Entre la flora saqueada se encuentran ejemplares de lechugilla, cactus y nopales, que al ser únicos en el mundo, están protegidos por norma federal.
El Delegado de la Profepa resaltó que se ha reducido en los últimos años la extracción de cactáceas de la reserva de la biósfera de Mapimí, pero es un problema que no se ha erradicado. Normalmente la extracción de estas plantas se da a manos de lugareños. investigadores que desconocen las normas y turistas.
La segunda zona protegida de Durango por el Gobierno Federal es la reserva de la biósfera de La Michilía, que a pesar de la existencia de los comités de vigilancia comunitaria, sigue registrando cacería furtiva, sobre todo de ejemplares de jabalí.
Esta especie se encuentra protegida también por norma y sólo se puede cazar con permiso de las autoridades federales; sin embargo, prevalece la presencia de cazadores que violan las normas federales para matar animales.
Fuente: El Siglo de Durango