Premia MIT a mexicano por biofertilizante que nutre el suelo y captura carbono

Fuente: DGCS UNAM
Fuente: DGCS UNAM

Gracias a la creación de un biofertilizante que permite nutrir el suelo y capturar carbono, Ramón Agustín Bacre González, exalumno de la maestría en Ciencias de la Tierra del Instituto de Geología (IGL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue acreedor a uno de los 10 premios Innovadores menores de 35 México 2015, edición en español del MIT Technology Review del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés).

El candidato a maestro dijo en entrevista sentirse contento, y que este reconocimiento es un aliciente para avanzar con su producto, esperando lograr su comercialización en un futuro cercano.

El universitario, quien es originario de Puebla e ingeniero biotecnólogo por el Tec de Monterrey, ha llevado a la aplicación su conocimiento científico, situación que le permitió fundar la empresa «Biotecnología Mexicana», con la que busca estrategias para comercializar el biofertilizante.

La tecnología desarrollada por Bacre González se basa en el ‘biocarbón’ o ‘biochar’, una variedad del mineral que se obtiene mediante la estabilización de materia orgánica utilizando el método de pirólisis, una forma de incineración que ocurre a través del calentamiento sin oxígeno, la cual descompone químicamente la materia orgánica a fin de recuperar nutrientes y carbono.

“Con la pirólisis la materia orgánica se transforma molecularmente; la lignina, celulosa y otras formas de biomasa se convierten en moléculas complejas compuestas, en su mayoría, por anillos aromáticos en el biocarbón o biochar. Este último adquiere propiedades, como una gran superficie específica y porosidad, que son adecuadas para el suelo, tanto para la productividad en plantas como para el crecimiento de microorganismos”, detalló el especialista.

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Foto: Agustín Bacre González / DGCS UNAM

Destacó que la parte innovadora de la tecnología es que estabiliza y secuestra el carbono contenido en la biomasa. “La lignina y formas de celulosa original se vuelven difíciles de degradar en el suelo, así se retiene el carbono y, a la vez, se mejoran propiedades del suelo en forma natural, como la estructura, aireación e intercambio de nutrientes. Además de que el carbono ya estabilizado puede durar de cientos a miles de años en esos suelos”.

Para hacerlo más eficiente, el biocarbón es inoculado junto con microorganismos benéficos que mejoran la capacidad de fertilización del suelo. Esto permite que el biofertilizante se convierta en un microhábitat perfecto para el cultivo de hongos micorrícicos o bacterias nitrificantes, explicó.

Señaló que esta idea surgió y se explotó hace muchos años en la selva del Amazonas, donde los antiguos pobladores aplicaban el carbono biofertilizante.2estabilizado en los suelos, dando lugar a que se formaran unos muy fértiles y sanos conocidos como «terra preta».

Bacre González enfatizó que uno de los grandes beneficios del biochar es que fortalece a una importante fracción del suelo. “Desde el punto de vista físico-químico, le da estructura, permite una mejor retención de humedad, aireación; promueve el intercambio de nutrientes y regula el pH, que son muchas ventajas”.

Otro es que en el producto pueden incluirse ciertos ingredientes que otorguen cualidades específicas o trajes a la medida para diferentes tipos de suelos, por ejemplo seco o erosionado.

Hoy en día, el experto ha desarrollado una fórmula a la medida del suelo de Veracruz, que es específica para la zona de cultivo de la vainilla y del bambú, dos productos con gran potencial comercial.

 

Fuente: DGCS UNAM