Pendientes ambientales en Santa Lucía: cápsula México Haz Algo

El 17 de octubre pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio el banderazo de salida para la construcción del aeropuerto en la actual base militar de Santa Lucía.

Si bien el proyecto cuenta con la Autorización de Impacto Ambiental que otorgó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en estricto sentido las obras de construcción no pueden iniciar porque no se ha demostrado haber obtenido otras autorizaciones como el cambio de uso de suelo, ni se han realizado las consultas correspondientes a las comunidades indígenas de la región, de acuerdo con lo que establece el Convenio 179 de la Organización Internacional del Trabajo.

La Secretaría de la Defensa, quien estará encargada del proyecto, deberá desmontar 5 mil 195 árboles como cedros y pirules, ubicados en la Base aérea militar No. 1 para llevar a cabo la construcción del aeropuerto. Esto equivale, según se establece en la Manifestación de Impacto Ambiental, a un volumen de mil 814 metros cúbicos de madera.

En el resolutivo, la Semarnat ordena a la Sedena implementar programas de rescate de flora y fauna, de restauración ambiental, de monitoreo de aves, de monitoreo de calidad del aire y de manejo de residuos. Se desconoce si esto ya se presentó y fue autorizado.

Asimismo, para abastecer de agua al puerto aéreo, la Comisión Nacional del Agua propuso realizar un acueducto para extraer agua del Valle del Mezquital, lo que aún no ha sido sometido al procedimiento de Impacto Ambiental.

También se desconoce si el Instituto Nacional de Antropología e Historia ha dado a conocer si ya dio su aval a la obra porque en la Base Aérea hay vestigios arqueológicos que deben protegerse.

Recordemos, que además de las razones políticas y económicas que esgrimió el presente gobierno para cancelar el aeropuerto de Texcoco, se presentaron muchos argumentos ambientales, entre los cuales se consideraba que la obra pondría en riesgo la recarga de los mantos acuíferos que permiten el flujo hidrológico hacia la Ciudad de México.

De ahí que resulte sumamente importante que este proyecto cumpla en todo momento con todas las disposiciones y condicionantes ambientales que se le impongan.

Otro aspecto fundamental que no se ha precisado es cómo se trasladarán los millones de viajeros hacia Santa Lucía. Es momento de considerar obras como un tren que conecte a la Ciudad de México con dicha zona, a fin de mitigar el impacto que generará el desplazamiento de miles de coches vía carretera.

La nueva administración debe demostrar en los hechos que está comprometida con una verdadera transformación y, por ende, con el cumplimiento de la Ley y con el respeto al medio ambiente y los derechos humanos de las comunidades.

En México Haz Algo creemos que no hay esfuerzos pequeños y que todos podemos ser parte de la solución. Pueden consultar en la Gaceta Ecológica del gobierno federal con fecha del 15 de abril la Manifestación de Impacto Ambiental del aeropuerto de Santa Lucía.

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*Cápsula de México Haz Algo en Tele Fórmula, 26 de octubre 2019.