México haz algo

Versión escrita de la cápsula radiofónica de Margarita Campuzano y Tania Mijares, en Telefórmula.

Hola Manuel, Sofía y Patricia, ¿cómo están? Se acercan las vacaciones de verano y, sin duda, una de las preocupaciones más grandes que tiene la industria turística en el Sureste de México es la llegada de toneladas de sargazo a las playas del caribe mexicano.

Desde hace un par de años, las mundialmente famosas aguas cristalinas color turquesa del caribe se han tornado café y en ocasiones despiden un fuerte olor, debido al arribo de esta macroalga.
El pasado 13 de junio el gobierno de Quintana Roo emitió una declaratoria de emergencia en las playas de Cancún, Isla Mujeres, Puerto Morelos, Playa del Carmen, Cozumel, Tulum, Holbox, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Othón P. Blanco, ante lo que llamó el “inminente desastre” derivado del arribo masivo del sargazo. Ello con el fin de poder acceder a fondos federales para atender esta emergencia.

Sin embargo, días después, el presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo en la conferencia mañanera que no existe tal emergencia y que el problema será atendido por la marina, sin participación de empresas privadas.

El tema es muy complejo y requiere de una atención urgente e integral que vaya más allá de repartir culpas entre los sectores públicos y privados.

Si bien, la llegada de sargazo a las costas de Quintana Roo no es excepcional, si lo es la cantidad enorme en la que está llegando. Existen diferentes hipótesis de por qué está ocurriendo esto. De acuerdo con Marta García Sánchez, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, la macroalga proviene de una zona de acumulación ubicada en las costas de Brasil y África. Una hipótesis es que como en esas regiones el agua está más caliente, ello podría representar más nutrientes para el sargazo.

Por su parte, la doctora Brigitta Ine Van Tu-ssen-broek piensa que el incremento se debe principalmente al cambio de temperatura de los mares ocasionado por el calentamiento global, y por el exceso de nutrientes que llegan  al mar por medio de los ríos.  Además, explicó, se especula que los nutrientes del polvo del desierto del Sahara podrían ocasionar su crecimiento acelerado.

Si, como plantean algunas hipótesis, este problema está vinculado efectivamente con el fenómeno del cambio climático, entonces es responsabilidad de los humanos lo que está pasando. En diversas ocasiones en este espacio hemos dicho que los científicos han dicho que si bien el cambio climático ya no es algo que se pueda negar, es difícil predecir qué efectos tendrá sobre el planeta, cómo y en qué dimensión nos impactará a los seres humanos.

Esta situación debe servirnos para reflexionar que no basta con culpar al gobierno y pedirle soluciones. Por décadas han ocurrido violaciones de todo tipo a la ley ambiental en Quintana Roo, donde los recursos naturales, especialmente las playas, los mares, los manglares y las dunas han sido devastados en aras de un modelo turístico depredador.

En México Haz Algo pensamos que no hay esfuerzos pequeños y que todos podemos ser parte de la solución. Es momento que los empresarios del turismo, el gobierno, los turistas y la población local unan fuerzas y se comprometa a trabajar en un modelo de desarrollo sustentable para Quintana Roo. De no hacerlo, México podría perder una de sus zonas de playa más hermosas, sin saber cuántos años tomará recuperarlas o siquiera, si esto será posible.

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