Crean en UNAM programa agroalimentario para producir maíz y cultivos complementarios

Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) pusieron en marcha un programa agroalimentario para producir maíz y cultivos complementarios. Nombrado “La Milpa Sustentable”, funge como un método alternativo eficiente en la producción del grano, ya que no necesita de grandes inversiones o extensiones de tierra, ni de una yunta o tractor.

De acuerdo con Eduardo León Garza, creador del proyecto y profesor de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, el programa es de alto rendimiento y bajo costo de producción, basándose en la sustentabilidad, la eficiencia y en factores de producción controlados.

“La milpa sustentable es una alternativa tecnológica que hace más eficiente la producción de maíz y que puede cambiar las condiciones de marginación de familias campesinas”, comentó.

El objetivo es tener un sistema de producción de maíz sencillo, barato y eficaz capaz de convertirse en una palanca para el incremento de la productividad del campo.

Asimismo y aprovechando los mismos recursos, dicho sistema tiene el potencial de producir una gran variedad de cultivos asociados como frijol, chile, calabaza, cilantro, rábano, haba y tomate, por mencionar algunos.

El sistema consiste en una maceta en bolsa de plástico con válvula, que permite la saturación y drenaje para lograr el riego estequiométrico —la planta sólo recibe y consume el agua que requiere para su germinación, crecimiento, floración y producción de frutos y semillas—.  De esta forma, no depende de la temporada de lluvias.

A esto se agrega que es posible recuperar los excedentes y nutrientes lavados por el riego cuando pasan por la tierra, reutilizándose en el siguiente receptáculo.

“Al no perder estas sustancias, tenemos agua enriquecida; eso hace que el consumo hídrico sea de apenas 10 por ciento de lo que requieren los grandes cultivos e infraestructuras tecnológicas”, detalló el investigador.

Para producir un kilogramo de maíz, el sistema requiere 100 litros de agua, en contraste con la agricultura tecnificada que necesita mil; y como abono se usa estiércol de animales de granja: gallinas, borregos y caballos.

“Con este programa, y en climas donde no hay heladas, es posible tener al menos tres cosechas al año en un patio de 250 metros cuadrados, con una producción estimada de 20 kilogramos a la semana por jornal, para un total de más de una tonelada anual”, mencionó.

Para que la iniciativa tuviera luz verde, más de 80 estudiantes conformados en brigadas comunitarias multidisciplinarias de servicio social colaboraron en los últimos cuatro años, permitiendo su implementación con más de mil 500 familias en comunidades de Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y el Estado de México.

La actividad convoca no sólo a prestadores de servicio social, sino a voluntarios y a quienes deseen realizar prácticas profesionales, pues durante seis meses laboran en diversas comunidades y poblaciones.

 

Fuente: DGCS UNAM