Proyecto minero Don Diego afectaría comportamiento y migración de ballenas y tortugas en Golfo de Ulloa

ballenaEste viernes se realizó el foro virtual “Minería marina y evaluación de impacto ambiental: El proyecto Don Diego en México”, en el cual participaron especialistas como Agustín Bravo Gaxiola, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA); Heidi W. Weiskel de Environmental Law Alliance Worldwide; Haydeé Rodríguez y Anna Cederstav de Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA); y María Llano, de Defensa Ambiental del Noroeste.

Bravo Gaxiola apuntó, al inicio del seminario, que el Golfo de Ulloa, en Baja California Sur, sitio donde se tiene proyectada la minera submarina Don Diego, es hogar de especies vulnerables y es un sitio fundamental para la conservación de la tortuga marina. El proyecto, agregó, cubriría 90 mil hectáreas de lecho marino. Si bien no en toda la superficie se realizaría la actividad de dragado, dijo, sí se vería afectada la totalidad de esa superficie por impactos ambientales.

Bravo informó que se tiene prevista una concesión de 50 años para el proyecto, la cual, según la legislación vigente, podría tener una extensión automática para 50 años adicionales. Se estima que durante la vida de la minera se extraerían unas 350 millones de toneladas de fosfato concentrado. Esto, para tener una perspectiva, agregó el especialista del CEMDA, bastaría para construir un camino que diera la vuelta a la tierra 6 veces a la tierra por el ecuador.

Un aspecto preocupante del proyecto, puntualizó Bravo Gaxiola, es que ninguno de los promoventes del proyecto Don Diego tiene experiencia en este tipo de proyectos, “lo cual no es una cuestión menor”, sentenció.

Como conclusión, agregó que el Golfo de Ulloa es una de las pocas áreas en México que todavía tienen potencial pesquero y que no está sobreexplotada, por lo cual se debe de aprovechar a través de políticas ambientales y pesqueras. En este sentido, dijo, existen otros sitios en el país que tienen las condiciones para la extracción de roca fosfórea. El Golfo de Ulloa, expresó el integrante del CEMDA, debe ser aprovechado para la pesca, el turismo y para mantener servicios ambientales debido a la alta biodiversidad que tiene.

Heidi W. Weiskel destacó que por la ubicación del proyecto Don Diego con respecto a la costa y la superficie, existe un potencial de impacto más grave. Los riesgos locales, dijo, incluyen la sofocación de organismos bentónicos por las columnas de sedimento, la destrucción del fondo marino, introducción de luz y ruido al lecho marino, reducción de luz en la columna de agua (turbidez y sólidos) que afectaría a la producción primaria, aumento en riesgo de escorrentía ácida desde embarcaciones, entre otras.

Adicionalmente, agregó, existen otros riesgos a gran escala, como serían afectaciones en el comportamiento de especies como aves, tortugas y ballenas, interrupción de pesca, que se detengan los ciclos biogeoquímicos y accidentes de barcos. Incluso algunos de los impactos locales podrían tener un impacto en un área más grande, dijo la especialista, pues no se tienen precedentes de proyectos de este tipo y no se puede tener certeza del alcance de los impactos que generaría.

Como conclusión, Weiskel subrayó que la comunidad científica que estudia estos ecosistemas sostiene que no se cuenta con la información necesaria para tomar la decisión de iniciar un proyecto tan grande como éste. Falta información sobre las comunidades, sobre reproducción de especies, tiempo de recuperación y restauración del lecho marino y el hábitat. Por ello, recomendó que se utilice en el caso el principio precautorio.

Por su parte, Haydeé Rodríguez consideró que el Proyecto Don Diego generaría impactos en una zona de gran valor ecológico y afectaría a especies como la ballena gris y la tortuga caguama. Asimismo, señaló que la minería marina es una fuente de contaminación nuclear, generando tóxicos como torio y uranio, así como otros cambios químicos en el agua.

Explicó que el ruido provocado por el dragado podría interferir con la comunicación de las ballenas, modificando su comportamiento y sus rutas migratorias. Una situación similar pasaría con la tortuga marina (Caretta caretta), la cual según han demostrado varios estudios es altamente sensible al ruido, por lo cual el dragado podría desorientarlas y cambiar su comportamiento. Esto, debido a la vulnerabilidad de la tortuga en la zona, es un aspecto de gran importancia.

Ante este escenario, y debido a que este proyecto minero sería el primero de su tipo en la región, México tiene algunas obligaciones internacionales que cumplir, dijo Haydeé Rodríguez. Estas obligaciones son la protección y preservación del ambiente marino, la protección de la biodiversidad, la conservación de la tortuga marina, y la aplicación del principio precautorio ante la duda.

En países como Namidia y Nueva Zelanda, ante proyectos de las mismas características se aplicó este principio precautorio y se negaron las autorizaciones correspondientes. Por ello, concluyó, es importante revisar experiencias internacionales que han declarado la moratoria o han negado definitivamente la viabilidad ambiental a los proyectos. México, puntualizó, debe mantener en la mira estas obligaciones internacionales, pues las consecuencias de un daño grave al lecho marino trascienden fronteras y los impactos se deben analizar a corto, mediano y largo plazo.

Anna Cederstav, coincidió en que debido a que no existen minas submarinas de fosfato en otra parte, hacen faltan elementos para tomar la decisión. Sin embargo, subrayó que sí se cuenta con información sobre los resultados de las minas terrestres de este tipo, los cuales hacen dudar de que la mina no generará afectaciones como sostienen sus promoventes.

En este momento, puntualizó la especialista, se está escogiendo un modelo de desarrollo para la zona, por lo cual es una decisión de largo plazo. Advirtió que en Estados Unidos se ha observado un patrón en el cual la minería con fósforo empieza con una mina pequeña y después vienen más concesiones, si se detectan más recursos que no están en la primera concesión que se otorga, prácticamente es un hecho que se dará una expansión.

Para cerrar, María Llano, de Defensa Ambiental del Noroeste, señaló que las opciones de participación ante proyectos de este tipo son la consulta pública y la reunión pública de información. Concluyó que la participación pública es muy importante en este tipo de proyectos; hay que participar en ellos con los medios que se cuenten, dando opiniones o dando seguimiento a los proyectos. En estos casos, agregó, es importante el seguimiento, ya sea desde los medios de comunicación o las redes sociales.