Químicos de la UNAM reparan suelos contaminados por metales

eugenia-gutierrez-ruizEl laboratorio de Biogeoquímica Ambiental de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, se ha convertido en pionero dentro de la casa de estudios al conseguir la acreditación como Laboratorio de Ensayos para pruebas de residuos y suelos.

De acuerdo con Margarita Eugenia Gutiérrez Ruiz, académica del departamento de química inorgánica y nuclear de esa facultad, el laboratorio que dirige es el único en la institución que ha logrado esta acreditación en materia de residuos y suelos, con lo que podrán brindar apoyo a un gran número de investigadores que debían acudir a laboratorios privados. Asimismo, podrán apoyarlos en la interpretación de sus datos.

Uno de los proyectos más importantes en los que estuvo involucrada la UNAM relativo a esta materia, fue el desarrollo de la tecnología que permitió el manejo de residuos ricos en cromo hexavalente, que es un metal que se halla espontáneamente en el agua, el suelo y las rocas. También se encuentra en los cultivos y como elemento remanente en los suelos agrícolas. Además, existen niveles traza de cromo en el medio ambiente, provenientes de la actividad industrial. Este trabajo le mereció el Premio Nacional Serfin El Medio Ambiente.

La tecnología fue implementada en la primera planta de estabilización de cromo en México, ubicada en San Francisco del Rincón, Guanajuato, proyecto que se desarrolló con ayuda del gobierno alemán y de las autoridades ambientales del gobierno mexicano.

La herramienta también se utilizó en la limpieza de residuos del terreno que ocupaba la fundición de plomo Industrial Minera México, ubicada en Monterrey, Nuevo León, con el fin de incorporarla al uso urbano.

Actualmente, el laboratorio de Gutiérrez Ruiz trabaja en colaboración con el Instituto de Geología en un proyecto similar al llevado a cabo en Monterrey, pero esta vez en San Luis Potosí, donde se está remediando un terreno de 400 hectáreas que alguna vez albergó plantas de fundición de cobre y plomo.

El aval lo otorgó la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA) en cinco técnicas distintas, destacando la de muestreo de suelos contaminados con metales.