Recortar otros gases de invernadero, además del CO2, estabilizaría el cambio climático

El dióxido de carbono continúa siendo el gas de efecto invernadero con mayor potencial para incrementar el cambio climático, sin embargo otros gases contribuyen sustancialmente al problema. Un nuevo estudio, conducido por científicos de la Administración Nacional de Océanos y la Atmósfera de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en igles)  y publicado por la revista Nature, demuestra que recortar las emisiones de esos otros gases podría hacer más lentos los cambios en el clima que se esperan en un futuro. Las conversaciones durante la cumbre climática de las Naciones Unidas en Copenhague,  inspiraron a Stephen Montzka, Ed Klugokenck y James Butler, del Sistema de Investigaciones de la Tierra del NOAA, a revisar las fuentes de otros gases de invernadero distintos al CO2 y explorar los beneficios potenciales de recortar sus emisiones.

Los gases primarios de efecto invernadero en la atmósfera de la Tierra son el vapor de agua, dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y ozono. El vapor de agua y las nubes tambíen tienen un profundo efecto en el clima, pero no son fáciles de controlar. Los científicos saben que estabilizar el calentamiento producido por el CO2 en la atmósfera requiere una disminución de aproximadamente del 80% del CO2 producido por el ser humano y que el dióxido de carbono emitido hoy, permanecerá en la atmósfera por cientos de años. En contraste, disminuir de manera combinada todos los gases de efecto invernadero de larga duración en un 80%, podría disminuir los efectos del calentamiento global en 20 años. Cortar las emisiones estos gases (CO2 y otro tipo de gases) en esta cantidad, podría resultar en un decrecimiento del efecto invernadero producido durante este siglo, señala el estudio.

Los investigadores consideraron el metano, el óxido nitroso, los gases que afectan la capa de ozono -regulados por un tratado internacional-, y otros gases de larga duración que actualmente se encuentran en bajas concentraciones. El estudio describe las principales actividades humanas responsables de estas emisiones y señala que cortes sustanciales, tales como el 80%, son difíciles de alcanzare. De no darse un cambio radical en el comportamiento humano, las emisiones de estos gases coninuarán incrementándose. Los beneficios relacionados con la disminución de otros gases de invernadero además del CO2 tiene un límite, señalan los investigadores. Incluso si todos los gases de este tipo que genera el ser humano pudieran ser eliminados hoy, no sería suficiente para establizar el efecto de invernadero de todos ellos, a menos que también las emisiones de C02 sean recoradas significativamente.

Fuente: NOAA